No es una casa solariega en sentido estricto pero cuando uno descubre desde la calle de abajo su volumen y empaque se hace toda la ilusión de que así fuera. Ya saben los lectores que me interesa más la buena arquitectura que la catalogación estricta, así que espero que entiendan que le dedique un post a ella sola, porque si bien por esta parte trasera tiene toda la fuerza de un buen emplazamiento en ladera, en su fachada principal ofrece una de las perspectivas más dramáticas que pueden encontrarse en este tipo de arquitectura: la del orden de una fachada simétrica ante una calle de gran pendiente:
Es evidente que se trata de una casa muy singular, tejado a tres aguas, jardín a naciente, fachada de 13,5 metros en el lado corto del rectángulo y 16 metros en el largo.
El actual tratamiento superficial de las tres fachadas es diferente. La del jardín mantiene partes de mampostería raspada y revocos recientes. La principal parece tener un revoco pintado que imita a sillería o tal vez la enmascara. No se aprecia con claridad. En la fachada a la calle Jazmines (por donde tiene el número de catastro o policía urbana) le han dado un revoco beige muy discreto. Según parece, el ayuntamiento les habrá obligado a poner canales porque en la fachada del jardín aún mantiene el alegre denteado de las tejas al aire.
Una Comunidad que se sintiera orgullosa de su patrimonio debería de tener ya catalogadas, estudiadas y dando apoyo cultural y arquitectónico a los propietarios de estas casas. Pero bueno, con el tiempo y una caña. Por lo menos ya están en este blog.
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