jueves, 15 de marzo de 2018

(548) CORNAGO. Otras



No quisiera irme por las ramas en esta colección de Casas Solariegas de La Rioja, pero buscando orígenes y relaciones arquitectónicas con las casas tampoco tampoco sería lógico dejar Cornago sin echar un vistazo al hermoso Castillo que se encumbra sobre todas ellas, a pesar de que ya no quepa en su interior una valla o una catenaria más. Qué barbaridad. Qué falta de respeto a las ruinas. Cuando uno mira esas venerables piedras pinchadas por tanto palito de acero inoxidable, más que los restos de una gran arquitectura lo que se ofrece a la vista es la organización de una insípida visita turística en rebaño. 


El otro highlight de Cornago es su espléndida urbanización en ladera con un callejero compacto que va saltando y salvando las curvas de nivel tejiendo una tupida red urbana.


No encuentro más escudos o casas solariegas que las dos del post anterior, y a fe que se echan en falta esos hitos de arquitectura vernácula que por ejemplo encontramos en el vecino Igea, pero al igual que en la contemplación de las ruinas del castillo, entre los restos del organismo urbano aparecen múltiples detalles de aquella desaparecida forma de construir. Especialmente arcos de ingreso a las casas:




O también algún que otro balcón o carpintería castellana que pudiera prometer una casa más importante:


En las casas de la plaza o de las calles bajas hay alguna que otra buena casa del siglo XIX.


Pero eso es todo lo que he encontrado.

El arquitecto Gonzalo Latorre, autor hacia el 2002 de un Plan General Municipal de Cornago me ha escrito que en su día hizo un fichero con fotografías de buen número de las casas del pueblo, y aunque entre esa fecha y la actual no hayan podido pasar muchas cosas, será el mejor documento con que contemos para cuando todo acabe siendo sido sustituido por construcciones de ladrillo, aluminio y jaulas de hormigón. 

lunes, 5 de marzo de 2018

(547) CORNAGO. Baroja 40 y Laurel 27




 1) A juzgar por el alero de ladrillo y por la planta del catastro, la casa de las persianas verdes con recercados grises en cremallera y escudo del siglo XX se ha hecho con la propiedad de la mitad de la casa que aún ostenta el viejo escudo de alabastro de los Ramírez de Baroja.




2) Para más inri, en la interesante casa 2 (Laurel 27) encontramos un escudo pastelero de los mismos Ramírez de Baroja:


Aparte de la inserción del pastiche nobiliario, le han raspado la piedra y el ladrillo, se ha renovado la cubierta, aunque por suerte (o buen gusto) no la han crucificado con canales y bajantes. El tradicional cableado y una ridícula placa verde anunciando un antiguo barrio judío completan la actual presentación.


La estructura que asoma por la parte trasera no nos animó a bajar por allí pero en la foto aérea se puede apreciar el remate en solana.


Con todo, la perspectiva desde la calle Baroja es estupenda y nos permite apreciar la persistencia de la vieja carpintería.


domingo, 4 de marzo de 2018

(546) IGEA VII. Calle de la Iglesia



Según las leyendas de paneles y webs, esta es la primera casa que mandó construir en Igea el Marqués de Casa Torre cuando volvió lleno de plata del Potosí, y que como le pareció poca cosa se hizo construir el Palacio que hemos reseñado en Igea I. Los del Inventario dicen que el escudo es del linaje de Casa Torre (con la reseñada como Igea V ya son tres casas en el pueblo del famoso linaje) pero vuelven a datarlo en el siglo XVII cuando aún no le había sido concedido el marquesado.


Otra cosa es que esta fuera la casa del hidalgo Ovejas antes de que se fuera para el Perú y que a la vuelta le pusiera el escudo, pero eso es cosa que dejamos para investigadores de papelotes polvorientos. Para lo que aquí importa, la casa sigue estupenda a pesar del desorden en la apertura de algunos huecos, de sus persianas, del cableado que soporta (un poco más de peso y sacarán el escudo de su encuadre) y de la caja del transformador que adorna la esquina. Aunque la pregunta que me hago y que no acabo de saber contestar es la de si los arquillos de estas galerías de bajocubierta estuvieron alguna vez abiertos.


Mido en pantalla un rectángulo de 18,5 por 14,5 metros, es decir, una planta de unos 270 m2, que no está nada mal, a lo que hay que añadir las propiedades de suelo y dependencias secundarias que tiene hacia atrás.


La imagen de la fachada trasera que nos da google street view no es tan brillante. Los machones de ladrillo enmarcan unos paños de arquitectura espontánea o popular de huecos desordenados.



sábado, 3 de marzo de 2018

(545) IGEA VI. Calle Mayor 145 y 147



Al final de la calle Mayor, cuando ya casi toma dirección Oeste y deja las traseras en excelente orientación suoreste, se encuentran estas dos casas con fachada a noreste construidas en magnífico sillarejo de basalto. A pesar de la continuidad constructiva del sillarejo y del ladrillo y alero de la cubierta, que podrían hacer pensar que en origen fuera una sola, parece que el escudo sobre la puerta de la casa de la izquierda se pondría ya una vez divididas. En todo caso, mejor sería hacer un estudio de su estructura interior y de sus escaleras para reconstruir su historia. El escudo muestra claramente que la de la izquierda es de los Bidaurres, talla que los del Inventario fechan en el XVIII.


Como la 147 es la última casa, podemos ver el testero por encima de la tapia de la huerta colindante.


El catastro muestra el gran fondo de propiedad de ambas casas con numerosas dependencias auxiliares y una división bastante artificiosa del patio.


La fotografía aérea muestra que a pesar de algunas variaciones de cubierta también comparten el cumbrero.




viernes, 2 de marzo de 2018

(544) IGEA V. Calle Mayor 143



En el Inventario figura como casa en la calle Higueras 16. Dicen de ella que el escudo es del linaje de Casa Torre pero a mí lo que me llama la atención es lo del yelmo colocado debajo de las armas. Datan todo en el XVII.


Parece que en la parte superior tuviera una corona que se hubiera roto. Si era la corona del marqués no podía ser del XVII porque el título, como se ha dicho, es de la primera mitad del XVIII. La entrada tiene unas proporciones magníficas y hace eje con dos balcones con unos arcos de descarga de muy fina construcción. La apertura de una ventana entre el balcón del piso principal y el escudo ha arruinado la gracia de la composición. En todo caso la asimetría entre la esquina izquierda, construida en cremallera de piedra negra de basalto, y la esquina derecha, en ladrillo sin refuerzo alguno, hacen pensar en una construcción incompleta.


Uno de los elementos más sobresalientes de la casa es la talla de los canes del alero y del durmiente.




Además de tener una buena altura, tiene un fondo edificado de 15 metros.




jueves, 1 de marzo de 2018

(543) IGEA IV. Calle Mayor 102



Uno de los calificativos que más me gustan de los autores del Inventario es el que emplean para las casas que han perdido con el paso del tiempo su aspecto original: suelen decir de ellas que están "rehechas" y a fe que prefiero ese término que el mucho más feo de "rehabilitadas", tan usado por los arquitectos o agencias de la propiedad. Bien cierto es que las casas se van "rehaciendo" con el paso de los años y que en ese "rehacer" van perdiendo la gracia de su originalidad o de su antigüedad. Pero a diferencia de las "rehabilitaciones", en las que se les suele dar un meneo global a toda la casa, en las rehechuras se conservan casi intactos algunos de sus elementos. Por ejemplo, en el caso de esta casa, el arco de la puerta, acaso la fina barandilla del balcón, o seguramente las carpinterías de cuartones del bajocubierta. Aun con ello, esta casa no estaría en este catálogo si no fuera por el desgastado escudo que la distingue.


Con lo poco que se ve en él, los del Inventario no sólo se atreven a decir que es del XVII sino que precisan que es de finales de ese siglo. La pena es que justo ante esta casa no dijeran ese término tan bonito de "rehecha".


Aunque en fachada no llega a los 7 metros de anchura, el fondo casi tiene 19, no sé muy bien si como pieza original o por añadidos y rehechuras.