En el extremo oriental del pueblo descubrimos, semioculta entre tapias altas y enormes huertas de su propiedad, una gran casa de planta cuadrada y tres pisos con fachada de sillería y portada en arco de herradura con delicadas molduras que, sin embargo, no llegan hasta los salmeres. La hoja de la puerta está forrada de chapa (seguramente de zinc) muy barnizada.
La reja del balcón no es anterior a la revolución francesa, así que todo apunta a una reconstrucción del XIX sobre alguna casa anterior o, quizás, sobre construcción religiosa...
Sea como fuere, es una casa extraordinaria sobre la que me gustaría saber algo más de lo que muestran las esforzadas fotos que pude hacer entre la gran tapia que cierra sus huertas a la calle.
Llevado de ese deseo me subí a la ermita de San Justo y San Pastor para verla desde allí, y ya me pude dar cuenta que balcones tiene a las tres fachadas soleadas pero que el material de la última reforma de la cubierta muy noble no es (ya se veía por el lío de las bajantes en las esquinas...).
Será por lo rotundo de su geometría o por la comparación con el caserío del entorno, la casa parece aún mayor de lo que es, aunque sus 14,5 metros de lado no estén nada mal. Aparte de la portada, la fachada, la rotunda geometría, el tamaño y su posición respecto del pueblo, lo más extraordinario de ella son, desde luego, los jardines, grandes, huertos y pequeñas fincas que la rodean.
No hay comentarios:
Publicar un comentario