Es la única casa con escudo que encontramos en Hormilla. El revoco que le hicieron hace ya muchos años la afea notablemente. Los dos grandes balcones y el escudo protagonizan una composición en simetría de la que se desmarcan la puerta hacia un lado y la continuidad de la fachada al cantón por otro, donde aparece un balcón más, parece que posterior.
La explicación de ese juego a dos fachadas lo tenemos en la planta del catastro donde vemos que la casa no tiene forma rectangular (fachada de 9,35 m y fondo de 13 m) sino en L, de modo que el fondo de la parte que centra y se expresa en el balcón del cantón llega a los 18 m. Curiosa planta pues.
Los del inventario dicen que el escudo es del XVII, pero aparte de la descripción de todas sus armas no aportan más datos sobre el apellido de su propiedad.
Junto al escudo y las rejas de los balcones, la carpintería de la puerta es el resto más notable de su viejo esplendor.
La cubierta también es muy curiosa porque se rompe en un par de eLes: una exterior, sobre las dos fachadas, y otra interior entorno al patio.
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