En un pequeño pueblo que en sus mejores tiempos llegó a tener 120 habitantes y que ahora no llega a los 40, la presencia de una casa solariega como la que vemos en la imagen, hace pensar en el predominio de un solo propietario o familia cuya identidad desconocemos, pero cuyo escudo aún da señales desde el eje de composición de la fachada.
El fondo de la casa es irregular y la mampostería ofrece dos texturas bien distintas: la raspada y rejuntada con cemento de la planta baja, seguramente objeto de alguna reforma, y la revocada casi en su totalidad de la planta superior. La cubierta parece reformada recientemente, con el tradicional mal gusto de ponerle canal y bajantes. Algunas carpinterías están alteradas pero en uno de los balcones aún posee una curiosa mezcla entre balcón y ventana con frailillos exteriores.
En el plano del catastro se aprecia la continuidad de la propiedad en un sin fin de patios y construcciones agrícolas auxiliares.
En la parte más profunda de la casa, donde la cubierta es a tres aguas, medimos 13,5 metros de fondo.
Esta es su ubicación en la parte baja del reducido caserío de Villarejo, apenas una calle con casas, la iglesia y el Ayuntamiento:
Sólo otra casa nos llamó la atención. Está un poco más arriba de la iglesia. Parece dividida y bastante maltratada pero aún muestra los severos sillares de sus huecos con molduras de oreja en las ventanas. La parra disimula el desplazamiento hacia la izquierda de la ventana de la derecha sobre un esquema compositivo tan simétrico.
Juntas hacen una no despreciable fachada de 16 metros con 13,5 de fondo para ambas.
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