No acabo de entender cómo nadie parece haber reparado en esta gran casa o palacio, situado a la entrada de Ezcaray enfrente de la cabecera de la iglesia. Cierto que su escudo se quedó sin labrar y que la carpintería ha sido reformada perdiendo muchísimo del sabor de la época, pero ni en el Inventario encuentro descripción alguna que haga mención de ella, ni en internet he encontrado tampoco nada.
Compuesta en perfecta simetría, la planta parece totalmente cuadrada, midiendo en pantalla sobre el plano del catastro nada menos que 21,5 m. x 21,5 (¡más de cuatro cientos metros cuadrados por planta)
Por el pequeño cimborrio circular y encalado, suponemos que la planta estará ordenada en torno a una escalera central. Se podía criticar que el eje central, con puerta, gran balcón, escudo y ventana, esté un tanto apelmazado pero la pilastra de la esquina está ligeramente desplazada y ello permite una mejor transición con las fachadas laterales de mampostería (bajante mediante..., ay..., y farola).
Los tres patios de luces son mínimos e irregulares y no responden al gran volumen de la casa.
El fuerte color rojizo de la arenisca impide apreciar las florituras decorativas del recercado de la puerta y de la ménsula del balcón que a todas luces parece el elemento más notable de la fachada.
Nuevamente es en la web de Adolfo Soto Sáez donde, entre su ya acostumbrado desorden narrativo, podemos encontrar los datos de la familia que construyó la casa e historias de sus herederos: los Gil de la Cuesta.
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