Las grandes casas de Anguiano eligieron dos ubicaciones distintas. En primer lugar, como ya hemos visto y es tradicional, en torno a la iglesia. En segundo lugar, en un emplazamiento de borde con grandes jardines sobre la carretera. La casa situada en el número 23 de la calle Real (17 cuando hicieron el Inventario) es la primera de ellas y observamos por el exterior una composición y unos detalles bastante extraños. Los del Inventario dicen que el escudo (lo único que atrae su atención) es del siglo XVII. Nosotros nos fijamos también en la falta de composición de la fachada, el revoco de mediados del XX, cierto desorden en la posición de los balcones que van dando la vuelta a toda la casa, acompañados compositivamente del eco de los pequeños huecos del bajocubierta (geometría que se pierde en la fachada trasera), las barandillas de los balcones del siglo XIX o XX, los canes así o asá con una talla tosca, una puerta más bien sencilla y una cubierta de chapa de uralita que apela a años de ahorro y funcionalidad. Sólo la canal y las bajantes parecen ser contemporáneas.
Dando la vuelta a la casa ya se puede apreciar que lo decisivo en ella son las tapias, los jardines que la rodean y el muro inferior a la carretera con balaustrada a modo de paseo y balcón:
Es una casa perfectamente urbana y a su vez, aislada y abierta al paisaje.
El fuerte desnivel entre la calle Real y la Carretera da lugar a un volumen impresionante por detrás:
Volvemos al escudo, para que nadie lo eche en falta. ¿Lo trajeron quizás de una casa anterior...? ¿O estuvo siempre ahí y la casa se fue rehaciendo? Una casa así merece el levantamiento de unas plantas, unas secciones y un poco de investigación ¿no?
Sobre la pantalla del ordenador medimos 13,5 de fachada y 12,5 de fondo para un rectángulo de planta no muy estricto en su geometría.
Como se puede apreciar en la vista aérea, el jardín en ladera está generosamente arbolado y envuelve amorosamente a la casa cuando llega el buen tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario