La gran casa solariega de los Gonzalo del Río preside la plaza de Valgañón justo enfrente de la iglesia, dejando a un lado el Ayuntamiento que proyectó el arquitecto Fidel Ruiz en los años sesenta. Un vieja fuente de piedra hace de centro de la plaza aunque los elementos más llamativos (e impertinentes) son ahora una hilada de jardineras y un par de bancos de hormigón pegados a la casa. En seguida se advierte el gran tamaño de la fachada (17,5 m medimos en el pantallazo del plano del catastro) y una composición muy curiosa que tiende a agrupar los huecos en el centro. Si imaginamos la casa sin las bajantes y sin las farolas de las esquinas se apreciaría mucho mejor esa curiosidad compositiva. Las diferencias entre el balcón izquierdo y el derecho en cuanto al vuelo y la carpintería ya anuncian una división de la propiedad que certificaremos más adelante al ver el plano del catastro. Pero antes contemplamos la talla del gran escudo que tiene el yelmo frontal y gran aparato decorativo.
Barroca hasta los tuétanos, y no tanto en sus detalles decorativos sino en la concepción de la fachada como escenografía urbana, en cuanto desviamos al mirada al lateral, vemos que los huecos se desmadran por la mampostería.
La casa tuvo buen jardín o huerta trasera. Su tapia nos impide ver la fachada trasera pero ya nos hacemos una idea. La fachada al callejón (llamado pomposamente Avda de Navarra) con dos balcones, parece pensada un poco más.
A pesar de su división mantiene la vieja puerta unitaria, lo que es de agradecer. Aunque si quitasen esas horribles jardineras (por no hablar de las cajas de plástico de los registros eléctricos) lo agradeceríamos mucho más. La calidad de la sillería se lo merece.
Aunque la cubierta sea a cuatro aguas y sugiera planta cuadrada, medimos más fondo que fachada: 18,7 metros por los 17,5 que decíamos para el frente.
Una pieza excelente a estas alturas de la colección.
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