lunes, 18 de diciembre de 2017

(523) CALAHORRA. Casas de la Catedral



Por el parentesco con nuestras casas solariegas, agrupo aquí en un solo post las casas del clero de la catedral, o más en concreto el palacio del Obispo de Calahorra, la casa de los Deanes y la de los Canónigos o antiguo seminario, que forman un conjunto arquitectónico en decadencia que da mucha pena. Ya hemos visto una casa llamada de Curas en Calahorra X, y por la descripción del Inventario hemos imaginado la casa de los Mirandas (Calahorra XII), también ocupada por el clero. El trasiego de sotanas entre unas casas y otras y de todas ellas con la catedral, iglesias y conventos debió de ser impresionante, y difícil de imaginar para nosotros ahora. Solo de ver en la foto de arriba las dos vacinillas jardineras que adornan ahora la entrada de la fachada hecha por el obispo Luelmo a finales del XVIII se nos cae el alma a los pies.


Para soportar el absoluto vacío que experimentamos un domingo por la mañana del mes de noviembre del 2017 echamos mano del recuerdo y del humor. Según la tradición oral, cuando en 1892 el obispado pensó marcharse a vivir a Logroño, los calagurritanos hicieron una pintada en la fachada del palacio que decía: SE VENDE PAJAR POR FALTA DE BURRO. La furia de los calagurritanos, o especialmente de las calagurritas (aclara la wikipedia) en los acontecimientos de 1892 poco o nada tiene que ver con la desidia de ahora.


Cuando lo visitaron los del Inventario a comienzos de los años 70 dijeron que en su interior había "una abundantísima colección de ropas, orfebrería, escultura y pintura procedentes de diversos lugares de la Diócesis destinadas a Museo Diocesano en proyecto". Según puedo rastrear en la información turística del Museo, éste se abrió en 1975 en una de las sacristías y en el incompleto claustro de la Catedral. En el 2007, el tristemente ya famoso Obispo Omella (ahora cardenal y quién sabe si pronto mártir por su tibieza y sus componendas con la causa independentista catalana), encargó al arquitecto José Esteban Ameyugo un proyecto para convertir su abandonado palacio y la adjunta casa de los Deanes en el nuevo Museo Diocesano (v noticia de EL CORREO).


Diez años después el señor Cardenal parece tener más ajetreos que el de ocupar su vieja casa con chismes bonitos y llenarla de autobuses de turistas. Pero en fin, sea como fuere, todo lo que quieran saber sobre la construcción de esta monumental casa y de la adyacente Casa de los Deanes, la tienen en el prolijo trabajo de Ana Jesús Mateo Gil, al que pueden acceder directamente gracias a su generosidad de ponerlo en la red, y a la magia de internet, con un sólo click en este enlace.


Andamos tan escasos de dibujos de arquitectura en este blog que no puedo resistirme a poner aquí los dos planos levantados por Gerardo Cuadra en octubre de 1983 que reproduce Ana Jesús en su académico trabajo para la revista Berceo.



La sucesión de trabajos en unas y otras casas debió de tener ocupadísimos a los albañiles de Calahorra, por lo que no es de extrañar que las calagurritanas se pusieran nerviosas cuando anunciaron con irse todos a Logroño.


A pesar de lo extenuante que suele ser escribir (y ya no digamos leer) trabajos académicos, Ana Jesús cuenta bastante bien el cambio de la puerta del Palacio cuando se construyó la construcción de la fachada del Obispo Luelmo (aunque con un vistazo a la planta y la sección, se entiende enseguida) pero lo que no me explico fue lo chapucero que quedó este tramo de fachada.

Otra cosa que tampoco me explico es que siendo un palacio tan poco personal, el tal Luelmo pusiera sus propias armas en la puerta. O eso es lo que dicen los del Inventario en la pag 233.


Lo que no perdono a Ana Jesús es que tras una interminable retahíla de contratantes del siglo XVII que igual no cambiaron más que alguna viga apolillada, no diga quién coñ... es el responsable de la rehabilitación sin uso alguno de la casa de los Deanes acometida, según ella en 1999-2000. Tiene narices esta forma de hacer historia de la arquitectura.


Como tiene bemoles arreglar una casa sin saber para qué.


Será por dinero. En estos casos lo importante suele se la placa con la indicación del nuevo mecenazgo.


Aunque, bueno, puestos a gastar dinero podrían también haber levantado las puertas a la carretera, porque parece como si a estas casas se las estuviera tragando el infierno.


Una historia de esta barriada no podría estar completa sin curiosear en la pieza intermedia entre la casa de los Deanes y la casa de los Miranda, porque es de una modestia que impresiona. Años cincuenta del XX, seguramente.


Aunque ya ven, ni por esas se libra de una vacinilla jardinera en la puerta (!). Será para que no aparquen.


Antes de pasar al otro lado de la catedral para ver la casa de los Canónigos, vaya una foto área de este tren de casas y la correspondiente planta del catastro que suponemos que separa predios o propiedades, y no tanto propietarios.




Del caserón de los Canónigos, siete balcones por planta, 32 metros de fachada y 27 de fondo con un patio central, dicen los del Inventario (pag 231) que es "moderna" (????).


La modernidad es categoría que sirve para cualquier cosa. Lo que ya no cuadra es que digan de ella que tiene "portada de medio punto entre pilastras con tondos en las enjutas (santo cielo, esperen que repita a ver si se me queda lo de "tondos en las enjutas", "tondos en las enjutas"...) manierista de mediados del XVI, similar a la del acceso al vestuario de canónigos desde la sacristía de la catedral y seguramente procedente de esta". Disculpen que con tanta búsqueda se me olvidara hacer fotos y tenga que recurrir ahora a google street view, pero les prometo que lo arreglaré en cuanto pueda.


Mira, lo de las barandillas de la catedral sí que debe de ser muy moderno. Sobre la puerta de los tondos con las enjutas sólo veo un cartel de la Escuela Taller.


La planta baja de este gigante caserón es la única "rehabilitada" y eso para albergue juvenil -sin adoctrinamiento supongo.


Del desgastado escudo de la esquina no tengo noticia (ni mejor foto)


Acabemos por hoy con la foto aérea y la planta del catastro y ya volveremos a revisar todo esto si nos llaman la atención por ignorantes o faltones.




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