Si los pueblos no fueran lo que han llegado a ser, esta sería una casa maravillosa para un hombre cultivado: un casa seria, sobria y ordenada en fachada, casi modesta, mirando a la cabecera de la iglesia, y que se agranda y ensancha por detrás, abriéndose a un jardín orientado a naciente desde el que se contempla la curva del río Ebro aguas abajo del pueblo. Pero los pueblos son los que son y ese hombre, si existe, no creo que quiera vivir entre tanto decaímiento como hemos visto, así que la casa está abandonada y esperando su ruina o reconversión económica inmobiliaria, o quien sabe... si tiempos mejores.
Puestos a contemplarla, nos percatamos de la originalidad y complejidad de sus encintados decorativos, especialmente el de las pilastras de las "esquinas" que, al no estar en éstas, sino un poco más adentro parecen querer estrechar aún más la presencia de la casa en la calle. Quizás fuera ello la solución a una posible preexistencia de la sillería que se advierte en la medianera izquierda, pero no podemos estar seguros.
En la fachada a poniente, es decir, al Ebro, llega a abrir una terraza que vemos por entre la valla y la vegetación.
Qué gran contraste en cuanto a volumen con la fachada que muestra a la calle y que volvemos a ver en la fotografía siguiente, tomada ahora desde la plaza:
Los huecos sobre el medianil a norte vuelven a plantear preguntas que no podemos resolver, así que mejor acabamos ya viendo su planta de cubiertas según la muestran el catastro y google earth, y quedamos a la espera de que este trabajo abierto al público pueda darnos nuevos datos.
Un lector del blog me informa por mail (26 jun14) que en el año 2003 la vendían por 300.000 euros.
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