jueves, 19 de diciembre de 2013

(87) SAN VICENTE DE LA SONSIERRA IX. Calle General Varela 11



Estamos ante otra casa singular con un extraño corte vertical y un rehundido de su tercio derecho que si no recuerdo mal lo tiene también una casa en Briones que ya veremos más adelante. Ignoro completamente su causa pero no me extrañaría nada que fuera un capricho compositivo pues la fachada está llena de ellos. Puesto que el balcón en ménsula del primer piso está bajísimo, la puerta principal se desplaza al eje de huecos de la izquierda y el escudo se coloca en la segunda planta a la derecha del corte vertical. El retranqueo de la parte derecha no afecta al alero que es unitario. La continuidad de sillería e impostas con la casa contigua de la derecha pueden llevar a pensar también que fueron parte de una misma construcción heterogénea.


Por el estado de las carpinterías en 1983, la casa parecía estar abandonada. En la rehabilitación se han cambiado las carpinterías y se ha alargado innecesariamente el alero. 


 La toma eléctrica no podía haberse puesto en peor sitio, ensuciando el rasgo más característico de la fachada.


Aunque en la casa figure el número 11, en el catastro nos la encontramos como la 9



La ubicación en ladera le proporciona una buenas vistas a Noreste, es decir, hacia las montañas del  Palomares. Me hubiera gustado ver su fachada trasera, pero eso tendrá que ser en otra ocasión.


No es una casa excesivamente grande. El actual volumen tiene aproximadamente 11 metros de fachada y 10,5 m de fondo. 


1 comentario:

  1. De esta casa partió el 20 de junio de 1813, José Domingo de Olarte, quien a uña de caballo, y atravesando el puerto de San Vicente, llego a Vitoria, avisando al General Álava y al comandante de las fuerzas aliadas, Lord Wellington, que el General Clausel, procedente de Zaragoza, había llegado a San Vicente, con la intención de cubrir la vanguardia del ejercito francés, que en franca retirada de España, procedía de Burgos camino de Francia, con todo los expolios, y robos, que en su retirada iba recogiendo por donde pasaba, arrasando con innumerables obras de arte. Esta noticia, fue la que decidió a Lord Wellington, dar la batalla al amanecer del día 21. Tras la derrota, quedaron diseminados por el campo de batalla, parte de los expolios cometidos durante su dominación. La ciudad de Vitoria, agradecida por su gesta, le dedico una calle con su nombre, recuerdo imborrable del altruismo y heroísmo de un "renegado".

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