Ubicada en el centro de la espléndida calle de la Vega cuya arquitectura del XIX he elogiado ampliamente en el blog edificiosLHD (v post 78), yo no creo que a esta gran casa se le deba seguir llamando Palacio de las Bezaras en honor de las últimas inquilinas antes de que la Caja de Ahorros de la Rioja se hiciera con el edificio y lo convirtiera en su sede central en Haro. Mucho mejor sería que alguien investigara y publicara su verdadero origen como en el caso del palacio de los Angel que hemos visto en la entrada anterior (...ver comentarios). El último traspaso de la propiedad ocurrió a finales de los setenta y recuerdo muy bien cuando el arquitecto José Ignacio Rodríguez presentó su rehabilitación en una de las primeras ediciones de las Jornadas del Patrimonio organizadas por el Colegio de Arquitectos. Como aficionado a la botánica nos hizo saber de la rareza de los árboles del jardín pero nadie le criticó el derribo de la casa contigua ni la invención de la fachada lateral. Guardo una vieja foto del periódico para mostrar cómo era antes de la última rehabilitación.
La cubierta era obviamente a dos aguas y no como ahora, a tres, y con unos novedosos bobarriles a norte que aunque no se vean desde la calle de la Vega, ahí están.
Resulta sin embargo meritorio el esfuerzo de José Ignacio en reconstruir lo que pudieron ser las carpinterías originales de los balcones que ya no estaban en la foto del periódico. Meritorio sobre todo, porque a partir de entonces aparecieron por doquier lo que vengo llamando yo las "ventanas de la vergüenza" (v Cascotes 137).
Fotografío los escudos y vuelvo a hacer notar que si lo de la posición del yelmo mirando para el otro lado es de bastardía, por culpa de la simetría de la fachada a alguno de los apellidos le colgaron el sanbenito.
El encuentro con la hilera de casas que le viene por el lado Este nunca fue muy feliz y será muy difícil saber porqué se creo esa extraña alienación a distinto nivel.
Medimos en el ordenador más fachada que fondo: 23 metros por 20.
No sé si el arquitecto José Ignacio Rodríguez habrá hecho limpieza de su archivo y habrá desaparecido la documentación del estadio previo a su reforma, pero si leyera esto y me lo dijera, le quedaría muy agradecido.
La obra pertenece a Ruiz de Azcarrarraga sobre 1739, encargada por Gonzalo y Francisco Santerbas, en principio la fachada debería tener cuatro ventanas, pero se opto por cinco para a modo del Palacio Salazar colocar dos escudos laterales en la ventana central y dar mas espacios de luz; aunque como se observa la dimensiones de los mismos fueron considerables y pertenecen al hermano menor de estos, Tomas Santervas Rodriguez de Vergara y Londoño, primer cuartel, segundo y tercero respectivamente del escudo que esta a la sinestra; y de su mujer Isabel Francisca Salinas y Montesinos, primer y segundo cuartel del que se encuentra a la diestra.
ResponderEliminarAgustin Ruiz de Azcarraga e Ybarlucea (1689-1740) murió en Enero, y tuvo que ser su yerno Jose de Arisita quien realizase las esplendidas escaleras que daban acceso a los pisos, por lo que fue la última obra de Ruiz Azcarraga todo un regalo para la posteridad, de quien tantas obras realizo en Haro. La casa contaba con una gran biblioteca a la muerte de Tomas, pero esa ya es otra historia...
También decirte que los rostros que aparecen debajo de escudo de la izquierda pertenecen a Gonzalo y Francisco, en recuerdo de sus hermanos; y las ventanas al menos la carpiteria es una imitación a las ventanas del Siglo XVIII. Si quieres comprobar los escudos solo tienes que ir a la Casa de Cantabrana en Najera el escudo de la derecha de ella, es Santerbas compáralo con este en su primer cuartel es idéntico.
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