En la misma calle que el palacio de los García Baquero y justo a la sombra de la iglesia encontramos esta otra casa de hidalgo cuyos actuales detalles nos crean la duda de si los modernos corregidores merecen habitar las arquitecturas de la vieja nobleza. Solo la puerta de madera rodeada de cristales ya nos produce cierto desasosiego y aunque en el remate de la nueva cubierta parece haberse seguido el tradicional sistema de evacuación de aguas, al acercarnos a la esquina de la misma ya vemos que no.
Al escudo también se le ha suplementado una placa inferior en bronce cuya iconología tampoco entendemos muy bien. Parece representar la vendimia.
Ni el ayuntamiento ni Floren dicen nada en la red de las obras de rehabilitación de esta gran casa ni de sus anteriores moradores. O yo no lo he sabido encontrar. Los del Inventario dicen que tiene vanos adintelados de oreja, herrajes (renovados), alero de piedra (!!??...) y que el escudo es del XVII-XVIII.
El plano del catastro arroja una nueva duda sobre la titularidad del extremo de la casa que linda con la iglesia y que explica la existencia en la fachada de esa puerta de color gris que imita casetones castellanos:
Lo que seguramente fue el patio de la casa es ahora una pequeña plazoleta elevada en la que no podían faltar los juegos infantiles de colorines y la tradicional jardinería en orinales de fundición.
Tras esta sucinta visita me imagino que también a los lectores de este blog les habrán entrado las mismas dudas que decía al principio.
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