Decíamos que estábamos descubriendo mucho capricho en la arquitectura barroca del XVIII pero a la vista de esta casa, la del XVI no le va a la zaga. Me da que siempre hemos sido un país muy refitolero. Aunque aquí los caprichos son de tipo escultórico. Pero antes de hacer un repaso foto a foto por todas las esculturitas de la casa vamos a curarnos de espanto mirando los huecos, las carpinterías y los bolardos al nivel de la calle.
El eje de la puerta tiene un caballito dizque de Santiago en la clave del arco y...
... una ventana festoneada con dos bustos que enmarcan una inscripción: LA MUGER DE HERNAN VENITO CON SUS HIJOS AÑO DE MIL E QUINIENTOS IC (¿será noventa? Don Gabriel Moya dice en su Inventario que pone "quinientos XXX" pero no sé donde verá esas tres equis).
Levantamos la vista a la cornisa (de mútulos, dice el Inventario, otra cosa que aprendemos) y la recorremos de izquierda a derecha para ver las "gárgolas" (?) que no echan agua, el otro caballero (¿será otro Santiago?) bajo una calavera, y hasta el perrillo de la casa:
Todo lo cual es muy bonito, antiguo y digno de admiración. Ahora bien, el Inventario Artístico de don Gabriel, para no aburrir con tanta descripción erudita, de vez en cuando da estrellas como en las calificaciones de cine, y mientras a las impresionantes casas de ayer y antes de ayer, es decir Fuenmayor II y Fuenmayor I les daba una* estrella, a esta le da dos** (!!!) .
No tenemos plantas para dilucidar la superioridad arquitectónica de esta casa frente a las anteriores pero por lo que se puede ver en la foto y planta del catastro no pasa de tener una cubierta a dos aguas en una parcela medieval de 9,5 m de fachada por 16,5 metros de fondo. Doctores tiene el arte. Y su difusión.
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