Ya debería estar yo mirando el catastro del Marqués de la Ensenada puesto a disposición de todo el mundo no hace ni siete días (v sPyP 703) para ir atribuyendo cada casa a su dueño (al menos a los de finales del siglo XVIII) e indagar tras su declaración en qué consistía la misma, pero aún me queda un montón de fotos y de visitas por hacer y por poner aquí, así que, o alguien me echa una mano y me ayuda o habrá que esperar un par de años por lo menos. De esta casa en la calle de Petra Fernández de Bobadilla 17 bueno sería también saber algo del propietario que convirtió el acceso a tan noble casa en algo tan vulgar, pero en fin, eso puede aún esperar mucho más o incluso podría llegar a arreglarse sin necesidad de enterarnos.
La casa no tiene escudo sino hornacina para un santo, pero eso nos importa menos que ciertos detalles arquitectónicos directamente emparentados con las casas de este estudio, como por ejemplo, ese vibrante alero sobre cornisa (¡de mútulos!) con los canes labrados tal y como se puede ver en la siguiente foto.
Parcela gótica, cubierta a dos aguas sobre un fondo de 18 metros. Otra buena casa que merece ser tenida en cuenta y no tanto para dirimir acerca del siglo del que es cada cosa que menciona el Inventario sino para quitarle la canal, que se come el bello denteado de las tejas, o las bajantes que ensucian las pilastras de sus esquinas, y ya de paso, recuperar su puerta. Mirando al futuro, vaya.
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