La quinta y última de las casas con huerta/jardín emplazadas en el centro de Casalarreina tiene unas dimensiones algo más modestas que las anteriores y presenta como novedad el encintado de las tres ventanas de la planta abuhardillada bajocubierta que será una de las constantes en las casas del XIX. Otra novedad son los dos grandes huecos enrejados de planta baja más propios de las casas del sur. El escudo central ocupa también, como en Casalarreina II y Casalarreina IV, un vasto espacio ciego de piedra a su alrededor.
En cuanto a su evolución, apreciamos la desaparición del tendido eléctrico y la renovación de canal y bajantes a más oscuras, pero sobre todo, la aparición de una carpintería de grandes cristales que en los balcones se falsean con parteluces de pega y en el bajocubierta parecen ventanas de la vergüenza. De la nueva urbanización con erizado de bolardos mejor no hablar porque el lector ya estará al tanto de nuestro rechazo hacia su fealdad, peligrosidad y falta de respeto al pasado y al ciudadano.
En la siguiente imagen podemos ver que la huerta/jardín de esta casa ocupa nada menos que una de las esquinas de lo que fue su concurridísimo cruce de carreteras.
Los garajes anexos y las chimeneas exteriores tampoco se han hecho con mucha suerte o respeto hacia la belleza de la fábrica de sillería de esta casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario