Carlos y Enrique tomaban notas ante una de las pocas casas solariegas que encontramos en La Rioja Alta construidas en ladrillo. Según opinaba Enrique, eran anteriores al siglo XVIII, pero bueno, eso estará por demostrar.
La casa tiene entrada por la carretera aunque tampoco está alineada a esta, y despliega sus cuatro balcones en la calle que va a la iglesia, el último de ellos sobre diferente fábrica de ladrillo como si hubiera sido una ampliación
No parece que en estos últimos años se haya hecho más obra que la reconstrucción del alero.
La forma en la que se inserta el escudo, con un fragmento de muro de sillería en torno a él, es expresión de una arquitectura más abierta al tiempo y las circunstancias, y las dovelas que se ven bajo el encintado de entreplantas nos dice que la puerta estuvo algún día bajo el escudo.
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