En nuestra casa familiar de Anguciana había un cuadrito pintado a la acuarela guardado en algún cajón con el escudo de los Diez del Corral al que no le había prestado yo nunca mucha atención por no saber de su procedencia ni importarme mucho los asuntos de antiguas noblezas de sangre o de armas. Pero lo que si recuerdo es que tenía diez corazones a un lado (emblema que ya ha aparecido aquí en algún escudo), una barra en el centro con alguna flor de lis y una especie de ave con las alas abiertas a la derecha. Con tales mimbres otro alguien debió de inventarse un cuento sobre que los Diez del Corral eran diez hermanos (por los corazones) que batallaron heroicamente en un corral (por el ave) de modo que el apellido se escribiría Diez, sin acento, y no Díez, como habitualmente se hace. Lo mismo que en materia de nobleza -digo-, no creo más que en la del espíritu, en materia de información no creo más que en la contrastada con datos ciertos, así que me ha alegrado mucho ver que José Manuel Ramírez dice en su mencionado libro (cuyo largo título no vamos a repetir más para no aburrir) que el escudo de esta casa es de los Corral. ¡Hombre! Lo mismo son antepasados míos por la vía de alguna hija de la casa que luego casó con algún Díez y juntaron armas y apellidos.
Sea como fuere, la casa de los Corral en Navarrete no es nada del otro mundo. Un poquito de sillería de piedra en planta baja, dos ventanas balcón, el escudo en el centro y no mucho fondo, aunque la propiedad parece que llega hasta la Calle Cerrada de detrás con un pequeño patio y un corral (de los de verdad). De lo malo bueno, por lo menos he alcanzado a verla sin modernidades encima, y aunque el ingreso pudiera haber sido transformado (reducido) por lo menos no me la han puesto bajantes.
No es por echarnos un jarro de agua fría pero en el Inventario dicen que el ave del escudo es un águila explayada, bicho que no suele habitar en los corrales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario