Perdonen que de vez en cuando personalice un poco en un asunto tan de todos. Supongo que son gajes del formato bloggero tan propenso a la bitácora personal. Espero que lo entiendan: el caso es que cuando hace unas semanas vi el estado de esta casa me dio una pena inmensa. A comienzos de los ochenta, antes de que Carlos Lloret me propusiera iniciar este estudio, un tío de mi mujer, director a la sazón de una oficina del Banco Popular de Bilbao me llamó para decirme que por asuntos de impagos de los dueños tenían la propiedad de esta casa y que a ver qué se podía hacer con ella. Fui a verla, entré por dentro, estuve en sus bodegas y en la hermosísima escalera central y aunque estaba en muy mal estado, me entraron unas ganas enormes de comprarla, arreglarla y vivir en ella como un señor. Creo recordar que lo que me echó para atrás fue que no tuviera jardín. Un señor debe tener siempre un pequeño jardín para rodearse de flores. Luego, en 1983, cuando iniciamos los reportajes fotográficos de las casas solariegas se nos pasó hacer Navarrete y no tengo fotos de su antigua fisonomía. Nada que ver con el refrito de piedras, formas antiguas, muchas bajantes y hasta un ridículo escudito rehecho que tenemos ahora.
La casa iba desde la calle Mayor Baja hasta la calle San Juan con un enorme fondo de parcela gótica de 24 metros.
Lo que ha ocurrido con esa casa y con sus vecinas, ya lo pueden ver en la foto área del catastro: una unificación de parcelas similar a la de las casas que hemos visto en los Cerquijos, gran operación inmobiliaria de vivienda colectiva y nueva pérdida irremisible de la relación morfología urbana -tipología arquitectónica en Navarrete.
El cambio de los números de policía nos hace dudar si el ahora 16 era el 18 que describen en el Inventario (vol III, pag 87) pero todo parece indicar que sí porque en el que denominan como 14 y 16 se mantiene el escudo y será objeto de la siguiente entrada de este blog. Del que tenía entonces por número el 18 dicen: "tiene tres plantas, la baja en sillería y las altas de ladrillo encadenado con sillería, balcones con herrajes del XVII, alero de canes de madera tallada y escudo de la primera mitad del XVII cuartelado en cruz con bordura de cadenas, de estrellas y banda, torre, dos brazos armados y dos leones rampantes afrontados". No les animo a que amplíen la foto para ver el escudo que hay ahora.
De la sinceridad constructiva de los dinteles de planta baja o de la sintaxis entre las viejas piedras y la chapa blanca de las puertas de los garajes nos ahorramos los comentarios. Si quieren verlo y acompañarme en el duelo, aquí les dejo su exacta ubicación:
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