1. Con estos jardines delante de aquellas tres casas y justo debajo de la plaza de la iglesia, lógico era pensar que alguna de ellas (si no las tres) tuvieran que ver con los marqueses de la Felguera. Uno de los fotógrafos de Panoramio da como palacio de los marqueses la casa de la esquina, pero sea como fuere, a nivel de arquitectura ya se ve que se trata de construcciones vernáculas con fachadas sobrias y ordenadas de entre finales del XIX y primera mitad del XX.
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2) En la esquina entre la calle Real y la calle de las Gradas, esta otra casa con fecha (1756) ya pone ambiente del XVIII, si bien se trata de una construcción modesta.
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3) Justo enfrente de la anterior, esta gran casa de 10 metros de fachada y 17 de fondo, con rejas de época en la planta baja también tiene aires de siglos pretéritos si bien su fachada a la placita de abajo parece haberse reformado posteriormente:
El alero, incluso, es obra mucho más reciente, y ya se ve que da un nuevo paso en el deterioro de su viejo carácter.
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4) Al final de la calle Real, hermoso caserón de 12,5 m de fachada por 13,5 de fondo con ordenada composición, balcón corrido, revocada y pintada en blanco.
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5) Otra casa del XIX cerca de la anterior, de composición par y con los sillares de la planta baja en almohadillado.
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6) La casa junto a la iglesia de Santa María de Barriuso, que según Carlos Muntión la compró alguien de Madrid no hace muchos años y sigue en estado de abandono. Medimos en pantalla 11 metros de fachada por 16,5 de fondo.
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7) En la casa que nos recibe en el barrio de Valdiña vemos la sólida construcción de sillares en esquinas y huecos y la tradicional textura de la mampostería. Un decorador refitolero se puso a pintar sillares falsos en algún momento de inspiración geométrica pero ya se va borrando su obra de arte.
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8) El edificio del Ayuntamiento, donación de los marqueses de la Felguera y diseño del arquitecto Agapito del Valle en el año 1932, quiso emular en parte a la arquitectura de las casas solariegas, pero les salió un pastel muy propio de ese siglo tan convulso. Eso sí, justo delante de su puerta se ve el arranque de la pieza arquitectónica/urbanística más singular de Brieva de Cameros y de buena parte de la Rioja entera: la "escalera de hierba", obra sobre la que ya me deshice en elogios en el blog edificios LHD cuando la descubrí.
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9) En la parte alta del pueblo y en los alrededores, buenas muestras de construcciones populares para uso ganadero.
Aquí las ubicaciones de estas nueve casas:
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