Aprovechando aquel verso de Quevedo sobre la nariz superlativa, podría decirse también que es ésta una casa a un escudo pegada. Porque esta casa no deja de ser una más del caserío popular de sillería concertada que tanto abunda en San Vicente. Ahora bien, ese impresionante escudo en esquina que sale de un arco apuntado nos deja con mil preguntas sobre la historia y relación con el edificio.
La fábrica de las dos plantas inferiores es diferente de las superiores, lo que sugiere una posterior elevación. En la foto en blanco y negro de la casa de enfrente del post anterior (San Vicente X) se puede apreciar que hace treinta años las plantas superiores estaban estucadas y los balcones de la tercera planta aún eran ventanas. Aunque la casa no tenga mayor interés arquitectónico en la composición de su fachada me extraña que en la visita de 1983 no nos hubiéramos gastado un negativo en dejar constancia de la categoría escultórica del escudo.
Queda subsanado aquel olvido con estas fotos, y por si la casa pudiera dar alguna sorpresa en el futuro, añado también la foto del catastro, el plano, y el de situación.
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