La última casa de este magnífico tramo de la calle Suso tiene ya el orden compositivo de las casas del XIX aunque todavía dejaron las piedras para labrar los escudos por si volvía la moda. La de los escudos no ha volvió (hasta hace muy pronto), pero la de la carpintería en blanco parece que sí, aunque por el camino los balcones hayan perdido buena parte de los parteluces, las viejas persianas y hasta un lambrequín. Y por perder, también nos hemos quedado sin la vieja puerta de madera y clavos.
La continuidad de la sillería y la unidad de la cubierta me hicieron pensar esta vez que la esquina podría también ser parte de la casa central, y en efecto, en el catastro consta como una sola propiedad. En tal caso parece más grave el murete que le han hecho por encima de la cornisa allí donde antes se asomaban las tejas. Por no mencionar las ínclitas bajantes que vuelven a cortar lo que es uno.
Para apreciar el gran fondo de la casa hice esta foto del callejón lateral:
Tremenda casa pues cuya fachada en total mide algo más de 18 metros y su fondo oscila entre los 16 del callejón y los 21,5 del medianil con la estrechísima casa del número 14.