lunes, 30 de noviembre de 2015

(355) REDECILLA DEL CAMINO I.



En el siglo XVIII, cuando se hicieron estas casas, no había provincia de Logroño, y mucho menos de La Rioja, así que no vamos a ser nosotros quienes respetemos en nuestro estudio de arquitectura las actuales fronteras político administrativas. Como ya hicimos en Altable, al comienzo de este blog, lo volvemos a hacer ahora con Redecilla del Camino (en la llamada Riojilla burgalesa), y siguiendo la buena arquitectura de las casas lo haremos también, si hay tiempo y salud, con todos los pueblos de la Rioja Alavesa y los de Cameros.

Bueno, preámbulo aparte, nada más entrar a Redecilla por el camino de Santiago, todo peregrino que se precie tiene que sentir admiración por esta gran casa que se encuentra a mano derecha y en la que las fajas o pilastras verticales, en vez de crear las famosas "calles" donde colocar la puerta y los balcones, hacen aquí de soporte de los mismos convirtiendo la clave de los arcos planos de los balcones en capiteles.


Los ventanucos de la planta baja y los escudos son los que van en el interior de las "calles".

Me tuve que meter en el huerto de enfrente para intentar una visión más frontal, pero tampoco conseguí gran cosa. Así pues, mejor verla por partes. En primer lugar, dos imágenes del eje principal:







Y a continuación y en detalle, los dos escudos:




La leyenda de la cinta en torno al yelmo no logro descifrarla, pero en el cuarto superior derecha creo poder leer un apellido: TREBIÑOS.


Otra cosa que resulta sorprendente en esta casa es que tiene otra fachada lateral con puerta y tres balcones, aunque con los paños en mampostería.


La colocación de los contadores de la luz creó un elemento compositivo que no estaba previsto. Si son tres, como parece, es que la casa está muy dividida por dentro.


Cosa rara, también la podemos ver por detrás como si se tratara de una torre en vez de una casa. Sólo por la fachada oriental da a un patio, pero la unidad está garantizada porque la cornisa corre por las cuatro caras.


Si conseguimos abstraernos del cableado eléctrico podemos apreciar la integridad de los canes y disfrutar de los goterones de teja sin canales de plástico:


Como no he encontrado mapas o fotos áreas del catastro de Burgos, he tenido que medir la planta en el menos preciso google earth. La fachada principal, 14,70 m., me sale un poco más corta que las laterales, 16,20 m.


Buena pieza para la colección.

domingo, 29 de noviembre de 2015

(354) ANGUCIANA (II)



Vamos a continuar haciendo un recorrido por las casas de piedra y las casas del XIX de Anguciana.

1) Justo detrás de la cabecera de la iglesia hay una gran casa de 16 metros de fachada y 18 de fondo, con cuatro balcones muy ordenados. Vivían en ella los Mendoza. También el hastial norte es de piedra de sillería. La cubierta ha sido renovada recientemente olvidándose de la tradicional teja árabe.



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2) Un poco más arriba, en la misma calle de la Iglesia está la que llamábamos casa de las maestras, por vivir en ella la maestra doña Feli y sus dos hermanas, Puri y Neme. Imagen maciza con tres balcones dispuestos en una composición muy original. Le han hecho un lavado de cara algo fuerte en el lateral pero en las plantas superiores de la fachada principal aún mantiene su vieja textura. 


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3) La casa de Pili Angulo y de la Marita exhibe un precioso mirador en madera pintado de blanco como tantos que podemos ver en la calle de la Vega de Haro (v La lección de Haro en edificios LHD). Lo del azulejo verde es una excentricidad que siempre nos ha llamado mucho la atención. Sería cosa de algún maestro de obras venido de Galicia o así. La doble ventana colocada a cara de fachada también es propia de aquellas tierras. 

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4) La siguiente casa de ese tramo de calle, tristemente ha desaparecido. Le debo a César Fernández este par de fotos del día de su derribo. Era la casa de los Lahorra. Ordenada fachada en ladrillo sobre planta baja de estupenda sillería y un curioso mirador en la medianera sur que ha dejado lugar a una casa blanca y fea que mejor no les muestro aquí. 


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5) Justo enfrente de la anterior, la casa de Emiliano Ibarnavarro, también del XIX en un perfecto opus cuadratum y un balcón corrido sobre los tres balcones. (Tengo que hacerle una foto mejor)

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6) Justo al salir de la calle de la Iglesia y mirar hacia la izquierda nos encontramos con esta magnífica galería de madera orientada a norte sobre planta baja de la misma sillería ejemplar que venimos contemplando en las casas anteriores. Es la trasera a la carretera de la casa de los García cuya fachada principal, más modesta, da al sur en la calle Real. Es la de la izquierda de las dos de la siguiente foto:


7) La de la derecha, muy ordenada también, con un estucado que imita a sillería y que seguramente ocultará una buena mampostería, es de los Gayangos. Qué orden constructivo y compositivo se tenía en la construcción de casas de los siglos pasados. Cómo hemos podido olvidarlos... -no dejo de preguntarme una y otra vez viendo cómo se hacían nuestros pueblos.  

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8) La siguiente casa en la calle Real (o calle Arriba, como se llamaba antiguamente) tiene también una fachada en sillería y un orden compositivo que nos dejan sin palabras. Era la casa de Joaquín Angulo y Filomena García. Los hijos le han puesto recientemente unos refitoleros escuditos que antes no tenía -como puede verse en una foto que guardo de ella de los años sesenta. 


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9) Regresamos a la plaza por la carretera para dar cuenta de esta otra obra maestra de la carpintería del siglo XIX: la galería trasera de la casa de don Ricardo Angulo que da fachada a la plaza con una composición de tres balcones sobre paños muy amplios.


La casa perdió su antiguo estucado color siena en una reforma hecha a mediados de los sesenta. El nuevo y excepcional recovo beige lo hizo "Manolín" Samaniego, el padre del actual decano del Colegio de Arquitectos. Es impresionante ver cómo después de cincuenta años se mantiene como el primer día. De don Ricardo Angulo la casa pasó a su hija Milagros, de Milagros a mi tía Pilar Diez del Corral Angulo y de la tía Pilar a mi familia. Tengo una bonita foto parcial de su viejo aspecto con dos bancos de piedra junto a la puerta (y sus dos dueñas mencionadas en el balcón). 


No les cuento cómo ha sido mancillada por la nueva urbanización de la plaza porque no es asunto de este blog pero pueden echar un vistazo si quieren a Cascotes 155

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10) Para completar la decena de casas de piedra y ordenada composición de Anguciana, les pongo también esta foto de la casa número 12 de la plaza a la que hace unos treinta años le hicieron una planta de más y la remataron con una terraza horrible que le costó al arquitecto de la delegación de la vivienda don Fidel Ruiz más de un viaje a nuestro pueblo para que trataran de arreglarlo un poco haciendo esa especie de solana con barandilla de madera y arcos rebajados.  

(11) Bueno y para despedirme de mi pueblo, la foto en detalle de la puerta de la casa de al lado de la anterior que no ha variado nada en los últimos cincuenta años:





sábado, 28 de noviembre de 2015

(353) ANGUCIANA (I)



Como Anguciana no tiene ninguna casa solariega del siglo XVIII pero tiene (o tuvo) un buen número de casas interesantes, y como Anguciana, además, es mi pueblo, le voy a dedicar un par de posts especiales haciendo un recorrido por todos aquellos elementos de arquitectura doméstica anteriores a la modernidad que conectan directamente con el contenido de este blog.

La primera de todas las casas, el gran edificio que se ve debajo de la torre de los Blanco de Salcedo, desapareció a comienzos de los años cincuenta. Era la casa-palacio anexa al castillo. Que yo sepa, solo tenemos de ella esta imagen en la que se puede apreciar el gran tamaño de los balcones de la primera planta y su carpintería de cuartones. Hasta cinco grandes balcones se pueden contar. No es extraño que en el pueblo la tomaran por un palacio. Guardo una anécdota muy curiosa al respecto: en los años sesenta un hombre mayor llamado Visairas exclamó al ver a mis hermanas tomar un vermut en uno de los bares del pueblo: "¡quién nos iba a decir que llegásemos a ver a las nietas del palaciano en la taberna!".

Según me contó mi padre, a la casa se entraba por el lado norte, es decir, por la carretera, y tras su derribo, la gran puerta de acceso se trasladó a la vieja entrada del convento situada sobre unas escaleras al otro lado de la torre. Ya desapareció también sin encontrar yo ahora alguna fotografía de la misma. El último recuerdo de aquella casa-palacio fue la huella que dejó en el lienzo oriental de la torre tal y como se ve en una fotografía hecha antes de que se acometiera sobre su solar la segunda fase de edificación del convento franciscano:



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Los autores del Inventario dicen que en la plaza del pueblo había dos casas blasonadas, pero no dicen nada de ellas y a mí me consta que sólo pudieron ver una y en estado de ruina. Fue demolida hacia 1970. Estaba junto a la iglesia y tenía dos balcones. Guardo de ella tan solo una fotografía de Calleja:


También mencionan los del Inventario (vol I pag 90) que en la calle del Ayuntamiento (denominación que nunca ha existido en el pueblo) hay otra casa blasonada. Sin lugar a dudas se refieren a "la casa de los Medranos", número 17 de la calle Real, que según parece es del siglo XIX o fue rehecha y decorada entonces. Es una casa a la que le tengo un especial cariño porque mi padre nació en ella y porque yo llegué a habitarla durante unos meses del año 1981. Guardo una fotografía de su fachada de 1983:


La casa fue vendida por los herederos de la familia Medrano a mediados de los ochenta y el deterioro de los miradores ha continuado hasta el punto de haber sido desmontados y convertidos en balcones. En mi reportaje de fotográfico del 2006, al menos hice una foto de detalle del escudo.



El cuarto superior izquierdo, parece coincidir con lo que los expertos consideran como  signo fundamental de la familia Medrano aunque en este caso aparece orlado por un AVE MARIA GRATIA PLENA muy novecentista. El cuerpo principal de la casa mide en pantalla 10 m de fachada por 14,5 de fondo. Lo mejor de la casa, sin embargo, era que hasta su venta y desmembración se extendía por todo un gran patio rodeado por edificaciones auxiliares con una construcción longitudinal dedicada a biblioteca (véase LA BIBLIOTECA en el blog ANGUCIANA).



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Aparte de la desaparecida casa-palacio del castillo, de la también desaparecida casa blasonada junto a la iglesia y de la casa de los Medrano, las tres o cuatro casas más importantes y antiguas de Anguciana son las ubicadas a la sombra del castillo, que he marcado en la foto de Google Earth y en el plano del catastro con los números del 2 al 5. Ya se ve que la 5 ha desaparecido y es un solar. 




Las tres que aún subsisten, todas con planta baja en sillería y plantas altas en ladrillo blanco con junta muy ancha, han sido objeto de reformas y rehabilitaciones recientes por lo que iré poniendo fotos antiguas y fotos actuales de las mismas. 


Antes de "modernizarse" con la construcción de una estrecha galería, la señalada como número 2 debió de tener en su tiempo un precioso balcón sobre esa enorme ménsula en papo de paloma. Cuando yo la conocí de niño en los años cincuenta ya había sido dividida en dos casas. Un nuevo propietario las ha reunificado pero en su rehabilitación ha preferido mantener las dos puertas. Recientemente han repintado la carpintería de la galería en color verde helecho (ya traeré una foto más actualizada).


Hela, aquí está (foto 19dic15):


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La fachada de la casa que he marcado como número 3 estuvo mucho tiempo semioculta por el edificio municipal dedicado a Ayuntamiento y Escuelas, aparte de que siempre estuvo como metida detrás de la casa 4 y orientada al norte.


Cuando se tiró el viejo ayuntamiento y el nuevo se construyó en línea con la iglesia apareció ante la nueva plaza esa extraña fachada suya con dos arcos rebajados en planta baja y un balcón de madera sobre el que apoyan milagrosamente tres arquillos y en donde nada está a eje con la vieja puerta. Bueno sí, el bobarril de la cubierta. 


En la restauración todo se ha hecho aún más confuso. .


Y ya no digamos cuando a los arcos les colocaron estas rejas artísticas:


Todo eso era antes de que la plaza se convirtiera en un paramal de granito con luces de aeropuerto (véase al foto aérea de antes), pero de eso no vamos a tratar aquí. Quien quiera hacerse una idea del desastre que aconteció con la última modernización de la plaza puede ver algunas fotos en Cascotes 146 y 155

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Vamos pues con la casa colindante (la número 4) de la que ofrezco una foto vieja bastante deficiente pero que tiene el acierto de haberse velado en la parte en que le hicieron un chirlo moderno a modo de ampliación.


Es un caserón de lo más original o extraño en la arquitectura de La Rioja por tener el cumbrero perpendicular a fachada y una elegante composición de tres balcones en la planta primera y una solana de nueve arcos de medio punto en la segunda, amén de tener oculta la puerta de entrada por un patio anterior al misma cerrado con tapia muy alta. Por el costado sur da fachada a la plazoleta de la casa número 2. En esta foto de los años sesenta podemos ver mejor la adición del chirlo moderno, que afortunadamente ha perdido ya la tejavana superior aunque también su viejo aspecto de galería o mirador de la planta primera. 

  
En la última intervención queda claro que la casa sigue dividida en dos y no se aprecia más "mejora" que un abusivo repintado de las anchas juntas del viejo mortero de cal, con lo que se ha desnaturalizado completamente la vieja textura del ladrillo blanco. 


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Peor suerte tuvo la casa señalada como número 5 que desapareció por completo y de la que menos mal que hice una foto en el año 1983 porque de lo contrario no hubiéramos tenido ni el más mínimo recuerdo. 


Es posible que a juzgar por ese escudito de la clave de la puerta del siglo XVI fuera esta la segunda casa que los del Inventario señalaban como blasonada en su visita de comienzos de los setenta, aunque a tenor de la cochera que le habían hecho a la derecha mejor la hubieran calificado de mancillada. Descanse en paz. Por no quedar, ya no le quedan ni las piedras del arco.