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miércoles, 5 de marzo de 2014

(133) BRIONES X. Maestro Bergareche 9



Seguramente esta es una de las casas más impresionantes y más ignoradas de La Rioja. Ignorada por mí no,  porque desde que la vi por primera vez, hace ya muchos años, me quedé prendado de ella y siempre que voy a Briones me acerco a contemplarla. Aparte de su gigantesco tamaño lo más significativo es ese punto de severidad que poseen sus dos fachadas y el recurso tipológico de abrir patios laterales para poder ventilar tan grueso volumen. Estoy de acuerdo con la suposición del Inventario de que estamos entre el siglo XVIII y XIX aunque me gustaría mucho más tener datos que hacer suposiciones. Lo más notable y original de la casa, sin embargo, (no conozco ninguna otra en La Rioja similar) es ese gigantesco frontón que emerge por encima de la cornisa y que enmarca un no menos enorme escudo de piedra que se quedó sin labrar.


No sé si es el descentramiento de las piedras sin labrar del escudo, pero parece que la línea de cumbrera se les desvió un poco hacia la izquierda respecto del eje de la puerta y balcón (?):



Es un error que a mí me importa muy poco, es más, estando yo con las tesis de Alexander sobre la no necesidad de exactitud en la arquitectura, casi lo valoro positivamente.  En todo caso, y dada la estrechez de la calle Maestro Bergareche, la casa siempre se ve en escorzo e importa poco:


Si la casa se hizo toda de una vez, tal y como parece, la muralla trasera habría perdido ya su sentido. Begoña Arrúe, en el trabajo mencionado dos post atrás, ya dice que a finales del XVIII Briones urbaniza y se abre a los paseos exteriores, así que la fachada trasera de esta casa sería uno de los primeros hitos de esa transformación pues no sólo sustituye el paño ciego de la muralla por una ordenada casa de tres plantas y tres balcones sino que merced a esa idea de los patios laterales se muestra aislada de sus vecinas.



La fachada frontal tiene 23,5 metros y su fondo es de 24, prácticamente el mismo tamaño del Palacio de los Marqueses de Terán de Fuenmayor. Según se desprende de la foto aérea, parece que se ha retejado recientemente. Por las fotos también se observa que se han barnizado las puertas. Afortunadamente, no se aprecia ninguna intervención más.







lunes, 3 de marzo de 2014

(131) BRIONES VIII. Calle Maestro Bergareche 5



Conocida en Briones como la casa de los Quincoces, ingnoramos ahora a quién pertenece y haya podido sufragar los importantes gastos de restauración que se han acometido en ella desde 1983. En esta web se especifica que los Quincoces fueron quienes la habitaron durante el siglo XX pero que originariamente la casa era de los Diaz-Lizana.


Se ha rehecho la cubierta, se han reabierto los huecos de la galería superior, se han restaurado no pocos sillares y los herrajes de los balcones (no sé hasta qué punto sustituidos) y por supuesto, se ha cambiado  todas las carpinterías.

Gracias a la gentileza de Yolanda Alvarez, que cedió a "La Rioja en la memoria" una foto antigua de la casa, podemos ver que de 1923 a 1983 poco o nada cambió en ella.


La originalidad de los elementos de su fachada y su combinación compositiva no tienen muchos puntos de referencia en La Rioja, o al menos yo no los conozco o recuerdo ahora, pero sería bueno identificarlos. Los "torreones" laterales me recuerdan a los tiene la Casa Paternina de Haro por detrás y que veremos en su momento. Los autores del Inventario no dan fechas de la construcción de la fachada pero sí  de "una ventana cuadrada decorada con grutescos manieristas del zaguán" (que yo no he podido visitar) que dicen ser de la segunda mitad del XVI. A las rejas y al alero las sitúan, sin embargo, en el XVII.


La estrechez de la calle no permite una contemplación sosegada y uno se queda con la sensación de un collage formado por los torreones laterales, la puerta plateresca, los escultóricos recercados de dos balcones de diferente escala y esa galería entre cornisas que evoca el almenado de un castillo. En 1983 sólo tomé una foto no muy buena de detalle:


Pero en la última visita he procurado acercarme un poco más a toda esa serie de piezas arquitectónicas y escultóricas sobre las que los expertos del Inventario despliegan todo su saber arqueológico. Copio y pego: "la portada es de ingreso de medio punto, con las dovelas rehundidas decoradas con cabezas de ángeles, sobre pilastras, y se flanquea sobre pilastras toscanas que soportan friso de rosetas, quedando bustos en medallones en las enjutas, y la cornisa rematada en eolípides" (!) Esto de los "eolípides" es la primera vez que lo oía en mi vida, y creo que hacen alusión a las bolas que coronan las basas del supuesto orden cortado del piso superior. Pero no me hagan mucho caso, y quédense mejor con la documentación fotográfica que muy bien podría dar pie a unos más atentos y detenidos dibujos.




A nivel arquitectónico me llama más la atención el extraño patio curvilíneo que tiene por detrás y que se cierra con otra parte de la casa (o al menos de la misma propiedad) que da fachada a la calle de Cercas Toro y que ocupa lo que en otro tiempo sería la muralla.  Su fachada quebrada y la disposición de los huecos poco tiene de la singularidad de la otra parte de la casa. Los shunts, las carpinterías y una terraza abierta en la cubierta nos hablan de una reforma reciente. Sin embargo, y a tenor de lo que dice Begoña Arrúe en un estudio sobre la villa de Briones (enlace aquí), la casa debió de tener en esta fachada un balcón construido en el siglo XVIII (?) (¡foto, por favor!).